martes, 7 de febrero de 2017

EL PUNTO G MASCULINO

No sólo las mujeres tienen punto G, los hombres también lo tienen y, cuando lo encuentras, los resultados ¡son explosivos!. La mayoría de los hombres no conoce este punto secreto porque está en un sitio al que no todo el mundo está dispuesto a ir (el trasero). ¿Quieres enfrentarte al punto G masculino?


Para empezar, debemos saber de qué estamos hablando. El punto G se llama así en honor al Dr. Ernst Gräfenberg quien en 1950 describió un área vaginal particularmente sensible de 1 o 2 cm de ancho. El punto G de un hombre, también conocido como el punto P, es su glándula prostática. Ésta es la glándula responsable de producir parte del líquido seminal encargado de proteger y nutrir a los espermatozoides, pero también una de las zonas erógenas más sensibles. Localizada a unos 7 cm dentro del ano, cerca de los genitales por debajo de la vejiga y delante del recto. Es aproximadamente del tamaño y la forma de una nuez. Engloba en su interior los conductos eyaculadores y es atravesada por la uretra prostática. Puede ser estimulado a través de un masaje prostático por vía anal, o a través de la presión sobre el perineo.


Es mucho más usada la estimulación por vía del perineo, ya que la mayoría de los hombres rechaza la estimulación vía anal, ya sea por tabúes o prejuicios que pongan en duda su masculinidad. Dicha zona es rica en terminaciones nerviosas y muy sensibles al tacto y la estimulación de la próstata puede producir la eyaculación y el orgasmo masculino.

La forma de estimular el punto G masculino externamente, es presionando o masajeando la zona del perineo, esta es la zona que va desde el ano hasta los testículos. Con la otra forma, se introduce con toda suavidad y delicadeza un dedo por el ano y lo guía a través de la pared frontal de su recto, donde podrá sentir el punto G.


Algunos hombres en su autoexploración ya han dado "en el clavo" sin querer, en el momento cuando se masturban e introducen un dedo en su ano haciendo que la experiencia sea más placentera. Lo que ha pasado es que encontraron su punto G y dicho placer se deriva de la estimulación que le dieron a su próstata mientras introducían uno de sus dedos por el ano. 

Ahora bien, ¿cómo estimular esta zona para dar rienda suelta a la imaginación y al placer?, no suena fácil, pero estarás encantado cuando consigas hacerlo. Intenta encontrar tu punto G mientras estés tranquilo y relajado, cuando estés masturbándote disfrutando por delante, intenta centrar toda tu atención con tu mano libre en la parte de atrás. 

Prueba a masajear la parte de piel que hay entre tu ano y tus testículos (el perineo). Es una zona muy sensible y explosiva, por lo que es perfecta para prepararte. Después mueve el dedo alrededor de tu ano, ponte un poco de lubricante e introdúcelo, ¡con cuidado!. Intenta meter tu dedo unos 7cm hasta que sientas una pequeña “nuez”, cuando llegues ahí, estarás en el lugar indicado. Al principio te sentirás un poco raro, pero no tardarás en disfrutarlo. Debes saber que probablemente alcances el orgasmo muy rápido cuando encuentres tu punto G. Se recomienda que estés relajado, puedes ambientar tu habitación con un poco de música (aquella que te excite) y ¡a darle!.


Una vez que estés dentro intenta imitar con tus dedos el movimiento de “ven acá”. Esto masajeará la zona y ¡te volverá loco! Intenta pensar en lo que te gusta cuando estás con tu pareja al mismo tiempo que estimulas tu punto G. Hazlo despacio al principio, pon el cuidado y tiempo en lo que respecta a presión y velocidad, y el placer se encargará de guiarte en el proceso. 

Puedes probar diferentes opciones para saber lo que te gusta. A lo mejor usar algunos juguetes como tapones anales (butt plug), masajeadores de próstata o bolas. Puedes invitar a tu pareja y ten la seguridad que se divertirán mucho al mismo tiempo que descubren nuevas alternativas para su relación.


Aunque son muchos los "machos" que no quieren descubrir este punto por miedo, la verdad es que quienes lo han probado no dudan en repetir la experiencia. Aun hay varones que sienten que pierden algo de su masculinidad si alguien, o ellos mismos, tocan el área anal y sienten placer, o bien rehúyen practicarlo por higiene, cuando en realidad si se tienen ciertos cuidados no hay riesgos.

Los mejores consejos:

1. Usa siempre un buen lubricante. Es una zona privada y delicada, no irá bien a no ser que tengas un poco de cuidado. 

2. Uñas cuidadas. Si prefieres usar tus dedos en vez de juguetes o un masajeador de próstata, asegúrate de que tus uñas estén limpias, cortas y completamente lisas.

3. Higiene. “Vé al baño” y báñate antes de cualquier acción anal por razones obvias.

4. Los juguetes son bienvenidos. Hay infinidad de ellos dedicados a estimular el punto G.

5. Por último, no te asustes. Si quieres experimentar con su punto G, eso no significa que seas gay ni ninguna otra tontería, así que no tengas cuidado. Lo mismo para tu pareja, si cree que es raro, intenta hacerle ver que es totalmente natural y normal querer experimentar con algo nuevo y explosivo.